Tesla pierde su dominio en el mercado de vehículos eléctricos mientras BYD se acerca a la cima en ventas globales
Caída en las entregas de Tesla abre camino a BYD, que reporta un crecimiento notable y amenaza el liderazgo de la compañía estadounidense en el sector eléctrico.
Tesla enfrenta un desafío significativo en el sector de los vehículos eléctricos, ya que sus ventas cayeron el año pasado por primera vez en más de diez años, lo que pone en riesgo su posición como líder mundial en este mercado.
La compañía, dirigida por el multimillonario Elon Musk, entregó casi 1.79 millones de automóviles en 2024, lo que representa una caída de aproximadamente un 1% en comparación con los 1.8 millones de 2023, informa BBC.
A pesar de rebajar los precios en varias ocasiones durante 2024 para atraer a más compradores, Tesla ha perdido terreno frente a competidores como BYD, que reportó ventas de 1.76 millones de vehículos eléctricos, acercándose rápidamente a la marca estadounidense.
El crecimiento de BYD se ha visto impulsado por un notable aumento en las ventas de sus coches híbridos, con un incremento superior al 41% en sus ventas totales de vehículos, que superaron los 4.2 millones el año pasado.
Desafíos en el mercado global
La compañía china ha logrado mantener el 90% de sus ventas dentro de su país, donde ha consolidado su liderazgo frente a marcas extranjeras como Volkswagen y Toyota. Este avance de BYD se debe en parte a un mercado automotor en expansión, donde la intensa competencia ha llevado a la disminución de precios y a subsidios gubernamentales que incentivan a los consumidores a reemplazar sus antiguos vehículos por opciones más eficientes.
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Tesla, que también considera a China como un mercado clave, ha perdido participación de mercado en medio de una guerra de precios que afecta a toda la industria. La demanda de vehículos eléctricos ha mostrado una tendencia a la baja en otras regiones, como Estados Unidos y Europa, lo que ha generado desafíos para muchos fabricantes de automóviles. Compañías como Volkswagen, Ford y General Motors se han visto obligadas a ajustar sus objetivos de ventas o a postergar inversiones en tecnología de vehículos eléctricos.
En el caso de Tesla, Elon Musk atribuye la debacle en las ventas a un aumento en los costos de financiamiento desde 2022, que ha encarecido la compra de automóviles. Además, analistas destacan la creciente competencia y las dudas sobre la marca a raíz de las actividades políticas de Musk, consideradas controversiales por algunos sectores.
Las ventas de Tesla cayeron considerablemente en el primer semestre de 2024, aunque comenzaron a recuperarse posteriormente. En el último trimestre de 2024, la empresa entregó alrededor de 495,000 autos, lo que representa un incremento del 2% en comparación con el año anterior, logrando un récord trimestral. Sin embargo, a pesar de este repunte, el precio de las acciones de Tesla, que había aumentado más del 60% en el último año, cayó un 5% en la apertura de la bolsa, ya que las cifras no alcanzaron las expectativas de los analistas, que habían estimado cerca de 500,000 entregas.
Movimientos en la industria
En medio de estos ajustes en el mercado, Honda y Nissan confirmaron recientemente que están en conversaciones para una posible fusión, buscando reforzar su posición contra la competencia emergente de la industria automotriz china. Por otro lado, la salida abrupta de Carlos Tavares, el CEO de Stellantis, tras conflictos internos, se suma a las inquietudes sobre la estabilidad en el sector automotriz. Stellantis, que incluye marcas como Vauxhall, Jeep y Fiat, había emitido un aviso de beneficios recientemente, lo que magnifica la incertidumbre en la industria.
Para contrarrestar la creciente competitividad de los fabricantes chinos de vehículos eléctricos, algunos gobiernos han implementado medidas proteccionistas. En octubre, la Unión Europea puso en marcha aranceles de hasta 45.3% sobre las importaciones de vehículos eléctricos fabricados en China. De igual manera, Estados Unidos impuso un arancel del 100% a los EVs procedentes de este país, y se espera que el presidente electo Donald Trump introduzca más tarifas en futuras importaciones.
Pese a estos desafíos, BYD sigue ampliando su presencia en economías emergentes. Sin embargo, enfrentó un contratiempo en Brasil, su mayor mercado en el extranjero, donde las autoridades detuvieron la construcción de una fábrica alegando que las condiciones laborales eran similares a la "esclavitud". BYD declaró que rompió relaciones con la empresa constructora involucrada y que se compromete a cumplir con las regulaciones brasileñas.
Las preocupaciones sobre la capacidad de los gobiernos para cumplir con los objetivos de emisiones han resurgido tras esta decisión sobre la planta en Brasil, lo que añade más presión a la industria automotriz global en medio de un escenario de competencia cada vez más feroz.
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