Europa se enfrenta al ultimátum del coche eléctrico: ¿Podrán los fabricantes evitar multas millonarias ante la amenaza china?

La industria automotriz europea enfrenta multas y la normativa CAFE, mientras busca eléctricos asequibles y más ayudas gubernamentales para cumplir objetivos de emisiones.

Autos eléctricos, freepik.es

La industria automotriz europea se enfrenta a un año crucial marcado por la implementación de la nueva normativa de emisiones conocida como CAFE, que comenzó a regir este miércoles 01 de enero.

Este nuevo reglamento establece un límite de 93,6 gramos de CO₂ por kilómetro, una meta complicada de alcanzar para los fabricantes que dependen mayoritariamente de vehículos de combustión, especialmente en un mercado dominado por SUV de mayor tamaño, que emiten más gases contaminantes.

De acuerdo con la Asociación de Fabricantes de Automóviles de Europa (ACEA), para cumplir con este límite, las empresas tendrán que aumentar su cuota de vehículos eléctricos hasta aproximadamente el 22% de sus ventas, una cifra que contrasta fuertemente con el 13,4% actual. De no lograrlo, se enfrentarían a multas que ascenderían a 15.000 millones de euros, un coste significativo en un momento en que la competencia con China se intensifica.

Oportunidades y desafíos para el sector

Los líderes de la industria han subrayado la necesidad de incentivos significativos para impulsar las ventas de vehículos eléctricos. Sin estos, muchos fabricantes optarán por reducir su producción de coches de combustión, lo que podría afectar gravemente a la economía española, dado que el 91% de su producción es de vehículos de combustión. Las estimaciones de ACEA indican que quedarán 2,4 millones de coches de combustión sin poder venderse en el próximo año, lo que equivale a la producción anual de ocho fábricas de tamaño medio en Europa.

Ante este panorama, ACEA ha comenzado a presionar a Bruselas para que reconsidere la normativa y considere una moratoria o al menos flexibilidad en su aplicación. La propuesta incluye contabilizar las emisiones de CO₂ de los años 2025, 2026 y 2027 de manera conjunta, lo que podría ayudar a los fabricantes a adaptarse gradualmente a la nueva normativa.


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Josep Maria Recasens, presidente de Anfac, el sindicato español de fabricantes de coches y parte de ACEA, describió el reglamento CAFE como "una espada de Damocles". Recasens también destacó que el poder en la industria está cambiando, con los fabricantes chinos y Tesla liderando el camino en el mundo del vehículo eléctrico.

El impacto de los aranceles y las ayudas gubernamentales

En respuesta a la presión ejercida por la industria local, Europa ha decidido imponer aranceles a los vehículos eléctricos fabricados en China. Sin embargo, esta medida ha tenido un efecto rebote sobre los fabricantes europeos, como Cupra y Dacia, que también enfrentan estos aranceles en sus modelos, como el Tavascan y el Spring. Wayne Griffiths, CEO de Seat y Cupra, alertó sobre las repercusiones de estas políticas, que pueden llevar a una reducción en la producción de vehículos de combustión, poniendo en riesgo el cumplimiento de los objetivos de CO₂ y a su vez, enfrentándose a multas inasumibles.

En medio de estos desafíos, el Gobierno español ha decidido prorrogar el programa de ayudas Moves III, destinando 350 millones de euros más hasta junio de 2025, aunque este programa aún no es suficiente para estimular las ventas de vehículos eléctricos. El sector exige un enfoque más unificado y directo de ayudas que permita incentivar adecuadamente la compra de automóviles eléctricos, en vez de depender del desgastado sistema de ayudas en cada comunidad autónoma.

El próximo año se espera que lleguen al mercado modelos más económicos que podrían revitalizar las ventas de vehículos eléctricos. Algunos de estos incluyen la versión económica del Renault 5, que tendrá un precio por debajo de los 25.000 euros, aunque estará limitado a funciones de carga. Asimismo, Stellantis planea lanzar el Fiat Grande Panda, que promete ser un fuerte contendiente en el sector de la electromovilidad.

Por su parte, Volkswagen ha sufrido en este 2024 y no ha podido adaptarse a la rápida evolución del mercado, enfrentando significativas reducciones en sus márgenes y una pérdida de competitividad ante los fabricantes chinos y Tesla. Considering the circumstances, Volkswagen está considerando asociarse con el fabricante estadounidense Rivian, invirtiendo 5.500 millones de euros para acceder a su tecnología avanzada.

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